Simply Strings - Instrucción Musical para la Vida

La música ha impactado, de muchas formas, a los estudiantes

Los padres también se benefician, como dice Ashley Cruz, una alumna de tercer año que toca el violín, “A mis padres les gusta que esté aprendiendo violín, porque dicen que ahora ¡ya no tendrán que contratar a un mariachi!”

Simply Strings fue fundado en 2013 por Christina Penrose, entonces estudiante de maestría en Sonoma State University. Penrose trabajaba para graduarse en educación musical y se sintió inspirada para iniciar el proyecto como parte de sus estudios.

Penrose creó el programa teniendo al modelo de “El Sistema” en mente. Fundado en 1975 por José Antonio Abreu, “El Sistema” es un programa musical venezolano orientado a la justicia social, creado con la visión de llevar educación musical a las comunidades desatendidas. Inicialmente comenzó en Caracas, Venezuela, y se ha extendido por todo el mundo.

Actualmente hay 61 estudiantes inscritos en Simply Strings, quienes de forma gratuita reciben educación musical cinco días a la semana, y tienen acceso a los instrumentos. Los participantes son estudiantes que van desde segundo año (de primaria) hasta secundaria, y la mayoría son alumnos de la Escuela Primaria Acelerada Sheppard. Pero el programa también está abierto a otros estudiantes.

Uno de los elementos más fuertes del programa son sus instructores y su personal, quienes pacientemente apoyan y guían a sus alumnos. “Realmente estoy impresionada con el profesorado, con lo dedicados que son con la enseñanza”, dice Kate Matwychuk, Mánager del Programa.

Los estudiantes son muy expresivos sobre el afecto que sienten hacia sus mentores. “Ellos te impulsan, así que lo haces bien”, dice Gael Guzmán, de 9 años, quien toca el violín. “Hasta cuando crees que no puedes”.

Katherine García, una estudiante de quinto año que toca el violonchelo explicó, “Puedes decirles cualquier cosa”.

Muchos de los estudiantes expresaron que se unieron a Simply Strings porque querían aprender algo nuevo. “Siempre quise aprender a tocar el violín”, dice Ashley. “Me gusta como suena”.

Los alumnos no sólo tocan para sus compañeros, también lo hacen en eventos, incluso en el Green Music Center de Rohnert Park.

Cuando les pregunté si alguna vez se ponían nerviosos cuando tocaban, la respuesta fue rápida y fuerte: “¡Sí!” Julissa García, bajista de 9 años, explicó: “Siempre tengo miedo de equivocarme”.

Aunque pueden tener pánico escénico, los niños también han descubierto que aman tocar. “Me gusta que le mostremos a la gente lo que podemos hacer, estamos compartiendo lo que amamos”, continuó.

“Es increíble verlos aprender y mejorar, enfrentar retos”, dice Matwychuk. “Porque eso también es parte del concepto”.

Otro de los éxitos de Simply Strings es que también los padres y las familias se integran al programa. Se formó una asociación de padres para dar más apoyo a los niños, algo que ha llegado a distinguirlos de otros proyectos de “El Sistema”. “Son muy dedicados y comprometidos”, comentó Wendy Cilman, Directora de Educación de la Sinfónica de Santa Rosa. “Esto es poco usual dentro del programa ‘El Sistema’”.

Según ella, Simply Strings busca “dar a los estudiantes un sentido de autoestima, lográndolo con trabajo duro y disciplina, pero también divirtiéndose”.

Los participantes no sólo aprenden habilidades musicales; también están desarrollando una pasión y aprendiendo una disciplina. Practican dos horas al día, cinco días a la semana, después de clases.

Cuando están listos para graduarse de la escuela primaria, son incentivados para continuar participando en su educación musical a lo largo de la secundaria e incluso después. Algunos ex-alumnos de Simply Strings han continuado tocando con los Ensambles Juveniles de la Sinfónica de Santa Rosa (SRSYO, por sus siglas en inglés).

Cilman espera que sigan creciendo. “Nos encantaría tener más alumnos”, asegura.

El 15 de marzo, los estudiantes se reunirán para una actuación única. Los cinco ensambles juveniles del programa de entrenamiento musical Symphony’s Training Young Musicians darán un espectáculo experimental y sensorial en el Green Music Center. “No ha habido un concierto como éste antes”, explica Matwychuk.

Para Cilman, las actuaciones son más que sólo un espectáculo. “Los estudiantes están llegando a poblaciones que son más difíciles de alcanzar con este tipo de música”.

Es difícil no sonreír viendo a los estudiantes practicar seriamente con sus instrumentos. “Me encanta ver el potencial realizado de los niños”, continúa. “Es emocionante verlos crecer, desarrollarse como personas y como músicos”.

https://www.srsymphony.org/EventDetail/177

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