¿Qué hay detrás de los trabajadores de North Bay?

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A todas luces, Ivonne Vega, de 31 años de edad, está haciendo todo lo posible por mantener su hogar a flote.

La asistente médica del centro médico St. Joseph Health Center en Santa Rosa labora de tiempo completo entre semana, asea oficinas durante la semana de tiempo parcial, estudia para convertirse en una enfermera titulada y concibe realizar más trabajos diarios de ser requerida los fines de semana.

Con todo eso, la madre soltera de tres niñas tiene dificultades para llegar a subsistir hasta fin de mes.

“Estoy cansada todo el tiempo, intentando no enfermarme. Los trabajadores esenciales necesitan más ayuda. Estamos rompiéndonos el c… todos los días. De plano no me tomo un día libre", dijo. Cuando se le preguntó sobre su vida, respondió: "Esto me dice que no estoy viviendo, solo estoy trabajando".

Vega se encuentra entre muchas otras personas, de acuerdo a un nuevo estudio provisto por United Ways of California,  la agencia no lucrativa, la cual creó una fórmula que utiliza estadísticas de costo-beneficio de los hogares para predecir cómo les está yendo a los residentes de North Bay. La organización publicó cifras sobre el Condado de Sonoma para Business Journal, periódico hermano de la Prensa Sonoma.

Entre los descubrimientos, United Way informa que casi una tercera parte de los residentes del Condado de Sonoma (28% o 43,000 familias) pertenecen a una población que lucha por ganar lo suficiente como para llenar las necesidades básicas como vivienda, cuidado de niños, transporte y comida. Encaran salarios bajos y gastos paulatinos todos los días, según el informe titulado "Medida del costo real de 2019". Gran parte de los hallazgos del Condado de Sonoma también se aplicarían a otras comunidades en North Bay, determina el informe.

Otros informes estatales y federales concuerdan con estos hallazgos.

Para los activistas en pro de los trabajadores pobres, el temor es que las condiciones se agraven con el continuo declive económico de los hogares de clase media, los cuales están batallando con la crisis del COVID-19.

A pesar de sentirse a veces como un hámster en una rueda económica, Vega celebra las pequeñas victorias. Debido al brote de coronavirus que cerró las escuelas, ahora cursa sus estudios en línea. Esto quiere decir que tiene más tiempo con la familia y los costos del cuidado de sus hijos han bajado. Dicho gasto de $170 al mes se acumula sobre los $1,800 que desembolsa cada 30 días para alquilar su departamento de dos habitaciones sin incluir los gastos de servicios.

Luego, están los cobros esporádicas como el pago de $800 a U.S. Homeland Security por su permiso DACA, el cual le permite permanecer en el país ya que sus padres son oriundos de la Ciudad de México. Su estatus descarta las posibilidades de recibir ayuda del gobierno, pero le importa más vivir aquí. Para ella, también los impuestos también han incrementado.

“Llegado el momento de los impuestos, probablemente se lo deba (al gobierno). Mis hijos, se asustan todos los días. Tomo las cosas un día a la vez y les digo a mis hijas que se despierten con buena actitud”, dijo.

Una investigación llevada a cabo por Estados Unidos demuestra la brecha entre los que tienen y los que tienen menos.

Un informe de octubre hecho en conjunto entre Bloomberg y la Reserva Federal para el primer semestre de 2020 indicó que 50 de los estadounidenses más ricos tienen 2 mil millones de dólares, la misma cantidad de riqueza que los 165 millones de personas más pobres de la población.

California se encuentra dividida por algo más que la falla de San Andrés.

Incluso antes de la pandemia, el estudio de United Way sobre el estado brindó un duro vistazo a la enorme disparidad entre las clases.

Más de uno de cada tres hogares, 3,8 millones de familias en California batallan por satisfacer sus necesidades básicas. Las finanzas del 37% de los que residen en los 58 condados de California están por debajo de lo que se necesita para administrar un hogar.

Dependiendo de dónde residen, los encuestados en el estudio mostraron que las familias con niños pequeños sufren más que las que tienen adolescentes. Más de la mitad de los hogares con niños de hasta 5 años de edad no cuentan con que pagar sus gastos.

Y para empeorar las cosas, casi cuatro de cada 10 hogares (el 38%) pagan más de lo que se recomienda pagar por una vivienda (se recomienda que los gastos no rebasen el 30% de los ingresos).  Algunos de los que están en peores condiciones gastan hasta un 76%.

“Necesitamos asegurarnos de que todas las familias trabajadoras tengan acceso a todos los recursos”, dijo Henry Gascón, director de desarrollo de políticas y programas de United Ways of California.

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