Estudiantes DACA en Petaluma temen cambios en políticas de inmigración

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Héctor Jiménez mostró una sonrisa cuando habló de sus sueños de trabajar como abogado de inmigración, una carrera que cree le permitirá continuar su cruzada para abogar por sus compañeros y perseguir la justicia social.

Al igual que muchos estudiantes en el campus de Petaluma, del Santa Rosa Junior College, el joven de 20 años está en la cúspide de su futuro, preparándose para ir a una universidad el próximo otoño. Pero como uno de los inmigrantes indocumentados que conforman una pequeña porción de la población de la universidad de más de 30,000, está viendo que su futuro está nublado por la incertidumbre, mientras que las políticas del presidente Donald Trump envían oleadas de conmoción y furia a través de los campus.

Jiménez es uno de los más de 1,600 estudiantes indocumentados del Santa Rosa Junior College, aproximadamente la mitad de los que dicen recibir beneficios de Acción Diferida (DACA), parte de un programa de la era de Obama que ofrece protección legal a jóvenes traídos al país por sus padres cuando eran niños. A medida que las promesas de campaña de Trump van quedando fuera de su agenda, los beneficiarios de DACA se preocupan de que pronto vaya a revertir el programa que les da permanencia legal en el país, les permite trabajar y obtener una licencia de conducir.

Jiménez dedica gran parte de su energía a organizar talleres de inmigración y otros eventos, y divide su tiempo trabajando en los Dream Centers de los campus de Santa Rosa y Petaluma. Él es el único empleado en el centro de Petaluma, donde ha trabajado desde que fue abierto el pasado otoño para ayudar a los estudiantes indocumentados a entender los procesos de DACA, el California Dream Act y otros recursos.

Aunque está preocupado por sus compañeros, también lo hace por sus propios padres indocumentados y por el futuro médico de sus jóvenes hermanos, que aunque son ciudadanos estadounidenses, sufren de defectos cardíacos que requieren atención médica frecuente; equilibra ese miedo con apoyo a los otros.

"Para mí, se trata de mirar las cosas de manera positiva, y haciendo algo que contribuya a ayudar en la situación", dijo Jiménez, cuyos padres lo trajeron al condado de Sonoma desde Oaxaca, México, cuando tenía apenas un año de edad. "Organizar constantemente me hace sentir mejor, y no es sólo porque quiero sentirme mejor, sino porque también quiero ver el cambio".

Jiménez está entre un grupo vocal de estudiantes, personal y profesores que han instado a la administración del colegio a adoptar un estatus de "refugio seguro" para agregar otra capa de seguridad a los estudiantes indocumentados de todo el mundo, y para otras poblaciones marginadas. Funcionarios de todo el condado de Sonoma han adoptado medidas similares para proteger a los inmigrantes indocumentados en varias comunidades.

El Concejo del SRJC debe considerar la aprobación de la resolución "refugio seguro" en su reunión del 14 de febrero. La resolución declara que el colegio no revelará información personal del estudiante, incluyendo el estatus migratorio, sin una orden judicial o consentimiento del estudiante, y establece pautas para la cooperación con oficiales de inmigración de los Estados Unidos.

Entre otras cosas, la resolución impide que la policía del campus detenga a los estudiantes basándose en supuestos estados de inmigración sospechosos o conocidos y afirma que el personal docente y el personal serán entrenados en los desafíos enfrentados por las comunidades marginadas.

El presidente del SRJC, Frank Chong, dijo que la resolución evita el lenguaje "incendiario" del concepto de "santuario", al tiempo que establece un espacio seguro para todos los estudiantes. El presidente Trump ha tratado de negar fondos federales a las comunidades que adoptan el controversial estatus de "santuario" y que "voluntariamente rechazan" la cooperación con agentes de inmigración.

"(La resolución) mantiene nuestro compromiso de ser una institución con acceso abierto. Queremos servir a todos los estudiantes", dijo Chong. "Nuestro plan estratégico y nuestra declaración de misión dice que valoramos la diversidad y valoramos la inclusión. Y muchas de las cosas que propone el presidente Trump son contrarias a esos valores".

La presidenta del Concejo en el campus de Petaluma, Maggie Fishman, dio su apoyo a la resolución, que llamó una "medida de unidad".

"Sólo puedo hablar por mí misma, pero la apoyo", dijo Fishman. "La razón principal por la que existimos es a causa de los estudiantes. Nuestra principal preocupación son los estudiantes y cuidar de ellos".

La discusión ha sido generada tras las órdenes ejecutivas firmadas por Trump para construir un muro fronterizo, contratar a 5,000 nuevos agentes de patrulla fronteriza, incrementar el número de oficiales de inmigración que realizan deportaciones y restringir los viajes al país desde siete países con mayoría musulmana. En diciembre, un grupo bipartidista de senadores presentó una propuesta para extender las protecciones legales clave para los jóvenes inmigrantes que reciben DACA, en caso de revocación de esta política.

Para la estudiante del SRJC Petaluma, Yngri Romero, de 21 años, cuyos padres la trajeron al condado de Marín, desde México, a los 5 años, la cambiante política de inmigración es inquietante. Ahora en su cuarto año en SRJC, la beneficiaria del DACA se graduará en mayo, y planea obtener una licenciatura en educación.

"Algunos estudiantes sienten que no va a funcionar, y que todo se va a ir por el desagüe", dijo. "Creo que tenemos que darnos cuenta de que tenemos que seguir presionando por el cambio y tenemos que continuar nuestra educación. Esa es la mejor manera de ayudarnos a nosotros y a nuestras comunidades".

Amanda Morrison, coordinadora del Centro Intercultural del campus de Petaluma, que alberga el Dream Center, dijo que contempla una amplia gama de preocupaciones de estudiantes indocumentados. Animó a los estudiantes a hablar y asistir a eventos.

"Uno de los aspectos es el autocuidado y tratar de impartir habilidades para aprender a lidiar con la ansiedad", señaló. "Y alentar a los estudiantes a reunirse y hablar más... estamos sentados en una nueva era de activismo y lucha y resistencia, y estamos tratando de hacer que las oportunidades estén disponibles para comprometerse políticamente y cívicamente".

Edelweiss Geary, presidente del Partido Republicano del Condado de Sonoma, tiene una visión diferente de las acciones recientes del presidente. "Él sigue adelante", dijo. "¿Ahora todo será absolutamente grande y perfecto? Quién sabe, pero este hombre tiende a seguir adelante con lo que dice que va a hacer”.

Pero Matthew Long, decano de los servicios estudiantiles en el campus de Petaluma, reforzó el mensaje de Chong. "Los estudiantes tienen mucho miedo, a veces están llorando", dijo. "Es una situación desalentadora y difícil. El colegio realmente ha adoptado un apoyo inequívoco y ha prestado servicios educativos a estudiantes indocumentados. Estamos en esto con ellos y apoyamos su derecho a tener una educación".

Para Jiménez, la búsqueda de su educación es otro aspecto de su propio desafío: "Desde que era joven, he sido empujado en la dirección de que no estoy destinado a la universidad. Para mí es una creencia personal, para desafiar eso", sostuvo. "No soy quien me dices que sea, soy quien quiero ser".

Con información del reportero de The Press Democrat, Martin Espinoza.

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