Cada vez menos latinos hablan español en el condado de Sonoma
Pregúntele a cualquier latino en el condado de Sonoma si considera importante que las futuras generaciones de latinos hablen español, y
Pero a pesar de que la población latina en el condado continúa creciendo, de 1 de cada 5 residentes a 1 de cada 4 en la última década, menos son capaces de hablar el idioma que, de muchas maneras, define su cultura.
Esto no es una contradicción, sino más bien un ejemplo de la complejidad de la biculturalidad latina. La identidad latina está evolucionando con los cambios demográficos que tienen lugar en la relativamente nueva mayoría-minoría de California, uno de los grupos étnicos de más rápido crecimiento en la nación.
"El significado que tiene ser hispano es algo único", dijo Mark Hugo López, director de investigación hispana en Pew Research Center, con sede en Washington, DC.
"Aunque muchos latinos consideran que es importante que las generaciones futuras en Estados Unidos hablen español, muchos dicen que hablar español no es obligatorio para ser considerado hispano en los Estados Unidos", dijo López.
Entre 2005 y 2015, la proporción de latinos en el condado de Sonoma que dominan el inglés saltó de 63 por ciento a 80 por ciento, mientras que la proporción de latinos que hablan mayoritariamente español bajó de 37 por ciento a 20 por ciento.
Una disminución en el número de inmigrantes indocumentados en el condado de Sonoma es una de las posibles causas de esta tendencia. Entre el cambio de siglo y 2015, el número de inmigrantes indocumentados había disminuido 10 por ciento, o 3,500 personas, de acuerdo con las estimaciones del Public Policy Institute of California.
En 2007, hubo un pico de 30,482 latinos en el condado de Sonoma que hablaban principalmente español. Para 2015, ese número había caído a 23,913. Por el contrario, el número de latinos locales que dominaban el inglés aumentó de un mínimo de 45,250 en 2005 a 96,312 en 2015.
En su aclamada y controvertida autobiografía de 1982, ‘Hunger of Memory’, Richard Rodríguez describe una infancia y un viaje educativo que resultaron en la alienación de la cultura de sus padres y su idioma —el costo del éxito académico en América. El libro ha sido criticado a menudo por chicanos y mexicoamericanos que valoran la herencia de sus padres y sus raíces ancestrales.
Pero de muchas maneras, California y el resto del país hoy son muy diferentes de lo que Rodríguez experimentó creciendo como un niño en Sacramento, a principios de los años cincuenta.
"Desde que se escribió ese libro, la población hispana se ha más que duplicado", dijo López, quien agregó que los latinos son también el grupo racial o étnico más joven en Estados Unidos.
"Los jóvenes latinos de hoy también expresan orgullo en su origen hispano, de una manera que no era necesariamente el caso en el pasado", dijo.
Mientras que los latinos ‘millenials’ no son a menudo hijos de padres inmigrantes y con más probabilidades de ser bilingües, los menores de 18 años constituyen la mayor parte de la población latina de la nación —alrededor de un tercio— y son menos propensos a hablar español, dijo López. Al mismo tiempo, la inmigración de América Latina se ha desacelerado dramáticamente durante la última década.
Desde que la gran recesión terminó en 2009, más mexicanos han salido de los Estados Unidos de los que han entrado, con la reunificación familiar en México siendo la principal razón, según un estudio de Pew en 2015, que estimó una pérdida neta de 140,000 mexicanos entre 2009 y 2014. Alrededor de 1 millón se fueron, mientras que vinieron sólo unos 870,000 mexicanos.
Pero a pesar de que la inmigración de Latinoamérica ya no está impulsando el crecimiento en la población latina del condado, los nuevos inmigrantes siguen "infundiendo" la cultura latina en la sociedad estadounidense, dijo Laura Larque, instructora de historia en Santa Rosa Junior College.
Larque, quien nació y creció en la Ciudad de México y llegó a los Estados Unidos a la edad de 24 años, dijo que incluso los latinos de segunda y tercera generación siguen siendo infundidos por las culturas latinoamericanas.
"La corriente de gente, con muro o sin él, seguirá llegando", dijo. "¿Qué otro par de países comparten una frontera más grande que México y los Estados Unidos, donde hay un país rico e industrializado por un lado y por el otro un país pobre?".
Si bien es más fácil para los jóvenes latinos mostrar abiertamente el orgullo por su cultura, ya sea que hable español o celebre sus tradiciones, Larque dijo que el racismo y los prejuicios continúan afectando a estos jóvenes, mientras negocian sus dos culturas. El éxito académico en un idioma no debería tener que venir a expensas del otro, dijo.