Cárcel del condado de Sonoma mantendrá cooperación con ICE
The Press Democrat [English version]
Todo comienza con una huella dactilar.
Un funcionario correccional con guantes azules presiona el pulgar, los dedos y la palma de cada recluso que ingresa a la cárcel del condado de Sonoma sobre una placa de vidrio, transmitiendo las impresiones digitalizadas a una base de datos que rastrea a personas con antecedentes penales y contactos previos con la policía.
Para los inmigrantes indocumentados inscritos en la cárcel, los datos biométricos desencadenan un proceso que podría poner fin de forma abrupta a su caso penal local y ponerlos en manos de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos, o ICE, para iniciar procedimientos civiles de deportación.
La cárcel está en el centro del papel que desempeña la policía del condado de Sonoma en la aplicación de la ley de inmigración. En muchos sentidos, es el peor lugar para las estimadas 30,000 personas en el condado de Sonoma sin autorización legal para vivir en los Estados Unidos.
"Existe mucho miedo entre la comunidad inmigrante —ahora ICE lo esperará afuera de la cárcel o cuando regrese a su casa", dijo Christy Lubin, directora del Centro Laboral de Graton.
El presidente Donald Trump renovó la misión del servicio federal de inmigración en una orden ejecutiva del 25 de enero, que desechó el enfoque declarado del ex presidente Barack Obama sobre inmigrantes indocumentados que cometieron crímenes graves. Trump amplió la misión de deportar a la mayoría de inmigrantes que entraron ilegalmente al país y restableció un programa de la era de Obama, ‘Secure Communities’ o Comunidades Seguras, que incrementa el uso de cárceles locales para encontrarlos.
James Schwab, portavoz de Inmigración y Aduanas de San Francisco, dijo que los agentes en el norte de California no han cambiado la categoría de personas a las que apuntan para deportación. Durante la administración Obama, la agencia dijo que se enfocó en deportar a los criminales más serios y violentos.
Schwab dijo que la agencia está esperando que el Departamento de Seguridad Nacional dé instrucciones sobre cómo implementar el nuevo mandato y a quién dar prioridad en posibles casos de deportación. Parece claro que los agentes serán llamados a investigar a más personas, pero no han aumentado las operaciones desde que Trump asumió el cargo, dijo.
Limitación de la interacción
Las nuevas leyes de California han limitado las formas en que la policía local y las agencias de sheriff cooperan con la aplicación de la ley de inmigración. El programa de licencias de conducir del estado legitimó a miles de automovilistas, permitiéndoles obtener licencias y permanecer fuera de la cárcel. La ‘Trust Act’ prohibía que las cárceles locales mantuvieran a las personas en la cárcel basadas exclusivamente en su estatus migratorio.
Los supervisores del condado de Sonoma y el Concejo de la Ciudad de Santa Rosa enviaron claras señales de apoyo la semana pasada a los indocumentados que viven aquí. Santa Rosa se declaró una "ciudad indivisible" y prohibió a los empleados de la ciudad, incluyendo a la policía, utilizar "fondos de la ciudad, recursos o personal para investigar, interrogar, detectar, detener o aprehender a personas únicamente sobre la base de una posible violación de la ley migratoria".
Reafirmaron el compromiso de proveer servicios a las personas, independientemente de su estatus migratorio. Pero cayeron cortos al no pedir al sheriff Steve Freitas que cambiara la forma en que su área y sus oficiales interactúan con la aplicación de la ley de inmigración. Freitas es un funcionario público y tiene plena autonomía para dirigir las políticas de su departamento.
Bajo la actual política de la cárcel, las huellas dactilares de cada recluso son cargadas a las bases de datos utilizadas por la Oficina de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos para identificar a personas que entraron ilegalmente al país. Cuando los oficiales de ICE encuentran a alguien de interés, piden al personal de la cárcel que notifique a la agencia federal cuando esa persona está programada para ser puesta en libertad bajo fianza o simplemente es libre de salir.
Esas solicitudes de información sobre un recluso en la cárcel del condado de Sonoma ocurrieron cada dos días en enero, según la cárcel.
La Oficina del Sheriff del Condado de Sonoma no tiene que responder, pero lo hace, dando a ICE un aviso de 24 horas antes de que un recluso salga por la puerta. Lo ha hecho cuatro veces desde el 1 de enero, dijeron funcionarios el jueves.
No está claro si los oficiales de inmigración se pusieron en contacto con esas personas y si fueron detenidos o deportados. ICE no respondió la semana pasada a una solicitud de datos sobre detenciones locales.