La comunidad Lowrider de Santa Rosa lamenta la muerte de un cofundador local de un club

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Cuando René Urena salió a pasear en su brillante y dorado 1964 Ford Galaxie por la avenida Mendocino en Santa Rosa con orgullo en sus ojos y una sonrisa en su cara, todos sabían que ese era su carro.

Era como una gran presentación para el residente de Santa Rosa que fue cofundador de un club local de Lowriders hace 20 años.

Y, es una de muchas cosas que su familia y amigos van a extrañar de él.

Siendo oriundo de Los Ángeles, el amor que Urena mostraba por los carros clásicos lo provocó a cofundar un club de Lowriders, 1 Firme Car Club, en 2001 cuando apenas tenía 25 años de edad.

El club, el cual fue fundado en Windsor donde Urena y muchos de los originales miembros vivían en ese tiempo, es parte del Consejo LowRider del Condado de Sonoma. Fue establecido resueltamente el 31 de marzo, el cumpleaños del difunto activista César Chávez, quien Urena consideró un héroe personal.

Hasta hoy en día, el club atrae cientos de Lowriders desde la región del Condado de Sonoma a Santa Rosa para participar en paseos colectivos alrededor de la ciudad. El club también presenta exhibiciones de coches para eventos locales y dona a recaudaciones de mochilas y juguetes a durante el transcurso del año.

En 2001, Urena fue uno de los primeros miembros del nuevamente establecido club de tener un Lowrider e inspiró a los miembros más jóvenes a comprar sus propios autos también, dijo Lalo Barragán, un miembro del club.

Urena, dijo, fue considerado uno de los “originales” del club.

“René representó todo, era parte de la comunidad Lowrider¬-familia y amistad,” dijo Barragán, de 43 años de edad, un miembro original del 1 Firme Car Club. “Fue tan inclusivo. Unió a la gente”.

Más de 200 personas se reunieron en la vigilia del 19 de junio afuera de The Hook Dispensary en Santa Rosa, donde Urena trabajó por tres años como un guardia de seguridad. En total, su carrera en la industria de cannabis se extendió 17 años, dijo su hermana menor, Verónica García.

“Él fue una mezcla de un cholo, Madre Teresa y Doctor Phil; te lo juro”, dijo Eddie Álvarez, un amigo de Urena por 30 años y dueño de Hook Dispensary. “La gente fue atraída a él; tenía un don”.

La agradable personalidad de Urena atrajo a muchas personas diferentes, dijeron quienes lo conocieron. No importaba si estaba en una tienda de comestibles, una joyería o pasando el rato en algún parque, Urena estaba obligado a encontrarse con alguien que conocía.

“Saludó a todas las personas que pasaron por el dispensario, primero con un apretón de manos y luego con un abrazo”, dijo Álvarez. "Si hubiera personas desamparadas, él les compraría comida y cigarrillos si lo necesitaban, así es René".

El mayor de tres hermanos, Urena vivió en su casa de Santa Rosa durante los últimos seis años. Fue residente del Condado de Sonoma durante los últimos 30 años.

Su hermana menor, Verónica García, de 41 años de edad, vio a Ureña una semana antes de su fallecimiento. Se presentó en su casa de Santa Rosa con un regalo de cumpleaños tardío para su hija de 17 años: rosas rosadas.

"Mi hija dice que esas rosas están floreciendo de nuevo, creemos que es René", dijo García el miércoles.

Puede comunicarse con la redactora Mya Constantino en mya.constantino@pressdemocrat.com. En Twitter @searchingformya

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