Trabajadores inmigrantes exigen protección durante régimen de Trump
Que las ciudades del condado de Sonoma aprueben una política de santuario, que los inmigrantes sean protegidos de la deportación, que no sean perseguidos por su perfil racial y apariencia física. En fin, que los derechos civiles y humanos de indocumentados sean respetados, demandaron trabajadores del Centro Laboral de Graton, la mañana lluviosa de este martes.
Fue una solicitud abierta a representantes de gobierno, y comunidad residente del Norte de la Bahía, celebrada en las instalaciones del centro, en Graton, al oeste del condado de Sonoma, donde los trabajadores dejaron claro que estarán organizados y en pie de lucha bajo el régimen del republicano Donald Trump.
Con un auditorio lleno de trabajadores y trabajadoras, la sala principal del centro tenía una atmósfera tibia, mientras que afuera, el frío y la tormenta se escurría por todas partes. Gervacio Peña, presidente de la mesa directiva del centro, mencionó a los asistentes que llamaron a la reunión para “que nos apoyen a crear comunidades santuarios para la protección de nuestras familias”.
Entre el público estaban representantes de los senadores Mark McGuire y Bill Dodd, el asambleísta Jim Wood y el congresista Mike Thompson, quienes tomaron nota de las solicitudes.
Abel Enríquez, miembro del centro, expresó su nerviosismo ante la administración entrante de Trump, quien toma oficina el 20 de enero. “Mi temor es que cumpla todo lo que prometió en su campaña. Me siento nervioso porque nos enfrentamos a un presidente chismoso, tramposo, que no se detiene ante nada con su dinero, su egocentrismo, orgullo y vanidad”.
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Una de las mujeres integrantes del grupo de mujeres trabajadoras ALMAS, Deysi López, dijo: “Durante la nueva administración, creemos que las políticas de inmigración tendrán impacto en nuestra comunidad, como en Arizona, donde las leyes pueden enfocarse en nuestra persecución basada en el perfil racial y en nuestra apariencia física”.
Además, López agregó: “Podríamos ver más personas inocentes encarceladas con el resultado de la deportación”.
Otra de las mujeres adscritas al grupo ALMAS, Rosmary Duque, subrayó que “el trabajo que hacemos beneficia a la comunidad y genera impuestos. Ese dinero ayuda a mantener nuestras ciudades, también debe ser usada para defendernos legalmente contra la deportación”.
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Después de los discursos, Peña invitó al público a colocarse un guante en alguna de sus manos, "como símbolo de unión a nuestra lucha como trabajadores". La mayoría lo hizo, y se coordinaron para tomar la foto del recuerdo, donde también estucieron representates de funcionarios públicos en California, y en el ámbito federal.
El Centro Laboral de Graton organiza a trabajadoras domésticas y jornaleros en el oeste del condado de Sonoma para proteger sus derechos y dignidad como trabajadores, inmigrantes, y miembros de la comunidad, además de que facilita el proceso de contratación entre empleadores y trabajadores.
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