Qué sigue después de la derrota del control de la renta en Santa Rosa

The Press Democrat [English version]

El día después de la derrota de la controvertida medida de control del alquiler en Santa Rosa, los miembros del Concejo de la Ciudad hicieron un balance y expresaron su esperanza de que la ciudad encontraría otras maneras de resolver su crisis de vivienda.

El alcalde, Chris Coursey, dijo que la mayoría del concejo que aprobó por poco el control del alquiler y el desalojo con causa justa, en agosto del año pasado, estaba tratando de ayudar a la gente atrapada en un histórico aprieto de vivienda, y se sintió decepcionado por el esfuerzo.

"Este no fue un debate filosófico para 11,000 inquilinos en Santa Rosa. Esto era algo de la vida real, y están luchando", dijo Coursey el miércoles por la mañana. "Lo que me preocupa hoy es que los hemos decepcionado".

El conteo final del martes por la noche mostró 52.5 por ciento de votos contra la Medida C, en comparación con 47.5 por ciento en apoyo.

Hay otros 3,200 votos por correo y boletas provisionales para contar, pero dados los porcentajes de votos, no se espera que cambien los resultados, pues los votos "No" gozan de una ventaja de 1,409 votos.

Se espera que el Registro de Votantes del Condado de Sonoma entregue resultados finales los últimos días de este mes.

Ahora que el referéndum ha forzado efectivamente la revocación de la ordenanza, la ciudad está impedida por el código electoral estatal de pasar la misma ordenanza hasta un año después de las elecciones del 6 de junio, de acuerdo con la secretaria Daisy Gómez.

La ciudad estaba preparada para responder cual sea fuera el resultado, dijo Dave Gouin, director del departamento de Vivienda y Servicios Comunitarios de la ciudad.

Si la Medida C hubiese pasado, un sitio en internet y una línea directa estarían listos para explicar las implicaciones y requerimientos para inquilinos y propietarios.

Las restricciones al incremento del alquiler habría entrado en vigor de inmediato, con las rentas volviendo al nivel que estaban en enero de 2016,  no más allá. Los ajustes del incremento de la renta a 3 por ciento pudo ocurrir después cada año, dijo Gouin.

Pero la administración del programa, incluida la presentación de quejas por parte de inquilinos y las solicitudes de mayores incrementos al alquiler por parte de los propietarios que realizan mejoras de capital, era poco probable que entrara en vigor hasta septiembre, dijo.

Ahora que la Medida C ha fallado, Gouin dijo que el personal de la ciudad espera la dirección del concejo para abordar las prioridades futuras.

La ciudad gastó más de $200,000 en investigación, elaboración y aprobación de la ordenanza.

Eso incluye $130,000 en personal y consultores este año, hasta un contrato de $25,000 con un abogado externo para ayudar al concejo a elaborar la ordenanza y alrededor de $21,000 en gastos legales, según Gouin y la oficial de finanzas, Debbi Lauchner.

Eso no incluye los costos del año fiscal anterior, que involucraron un análisis sustancial del concejo ni el costo estimado de la elección especial, de $500,000.

No está claro si la ciudad podría —o incluso trataría— de aprobar una ordenanza de control de la renta en cualquier momento pronto.

Coursey dijo que no estaba interesado en adivinar si la ordenanza pudo haber pasado de una forma diferente o si la campaña ‘Yes on C’ pudo haber hecho algo diferente.

En su opinión, la pérdida estuvo directamente relacionada con el dinero gastado por los intereses inmobiliarios, que recaudaron más de $830,000 para bloquear la Medida C. Según sus cuentas, gastaron $57 dólares por cada voto recibido —para el momento en que se cuenten todos los votos, la cifra probablemente estará más cerca de $50 por voto.

"Pensé que la Medida C, en circunstancias normales, sería una victoria fácil en Santa Rosa, pero esto no fue una circunstancia normal", dijo Coursey. "Eso es lo que harán $800,000. Eso distorsionará las cosas”.

No fue sólo el dinero, argumentó Coursey, sino el mensaje, que dijo, fue "cínica" y diseñada para engañar y confundir a los votantes, al destacar todas las cosas que la Medida C no haría.

"La Medida C no resolverá la falta de vivienda", dijo Coursey, citando un mensaje común de la campaña ‘No on C’. "¿Sabes que? No alivia el pie de atleta, pero eso no es lo que se suponía que debía hacer".

Se suponía que el control del alquiler debía limitar las rentas al 3 por ciento anualmente para unos 11,100 apartamentos construidos en Santa Rosa antes del 1 de febrero de 1995, todo lo que permite la ley estatal.

La ley también habría obligado a los propietarios a dar una razón para desalojar a los inquilinos, y en algunos casos los habría obligado a pagar los gastos de reubicación.

El objetivo de todas estas normas era preservar el mercado existente de vivienda asequible de la ciudad, mientras se construían más viviendas asequibles, como lo hizo el mes pasado al apropiarse de $2.75 millones para incentivar a los desarrolladores a construir unidades asequibles.

"Vamos a seguir trabajando en las cosas en las que podemos trabajar", dijo Coursey. "Las prioridades no cambian, las necesidades no cambian. Todavía están allí”.

El concejal Tom Schwedhlem dijo que estaba contento de ver el control del alquiler derrotado, porque cree que no era bueno para la ciudad en general.

Ahora la ciudad puede centrarse en un programa de inspección del alquiler, un esfuerzo educativo del propietario y el inquilino, y un fondo para mitigar los riesgos de los propietarios que los incentive a alquilar a personas con bonos federales de asistencia de vivienda, dijo.

La concejal Julie Combs dijo que está segura de que la ley del control de renta de la ciudad habría pasado en una elección regular de noviembre, cuando la participación habría sido mucho mayor.

Combs, la defensora más activa del concejo en el control del alquiler, no habló de intentarlo de nuevo en un corto plazo.

Sus prioridades son poner en marcha un programa de inspección de alquileres para asegurar que las personas no vivan en condiciones deficientes, financiar servicios legales para proteger a los inquilinos, centrarse en el plan de vivienda de la ciudad, conseguir un bono para apoyar la construcción de viviendas asequibles y posiblemente instituir las normas de desalojo con una causa justa, sin el control del alquiler.

Tampoco se pregunta si una ley más suave del control de la renta podría haber pasado. Dijo que estaba lista para negociar con la industria en cuestiones como el tope del 3 por ciento o los gastos de reubicación, pero nunca tuvo la oportunidad.

"Hubiera estado feliz de negociar la mayoría de los artículos, pero mi experiencia me decía que ellos creían que podrían aplastarla, y lo hicieron", dijo.

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