Petaluma culminó celebraciones de Día de los Muertos con procesión

The Press Democrat [English version]

Katie Usher, una artista de Belice, se unió a la multitud que marchaba en la decimosexta procesión anual del Día de los Muertos en Petaluma el sábado por la noche, la cual contó con cientos de imágenes esqueléticas, algunas juguetonas y otras más sepulcrales.

Su cara estaba pintada con un blanco fantasmal, con grandes círculos negros alrededor de los ojos y un corazón rojo en la barbilla y en la frente —la imagen de la Catrina, una figura femenina creada por el artista mexicano José Guadalupe Posada a principios de los años 1900 que se ha enredado con el Día de los Muertos en todo el mundo.

"Es una hermosa exhibición de arte, la danza, la comida —espiritualidad”, dijo Usher, quien visitaba a un amigo de Petaluma involucrado en el comité que planea el evento de todo un mes. "Estoy feliz de estar aquí".

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Abraham Solar, organizador de la procesión, abrió el camino vestido de blanco con un chaleco negro que asimilaba las costillas de un esqueleto y un largo cuello cilíndrico que encajaba perfectamente sobre su propia cabeza, con otra cabeza calavérica.

"Los muertos no están muertos hasta que nos olvidamos de ellos", dijo Solar antes de que comenzara la procesión. "La vida de nuestros seres queridos vive en nuestra memoria. Así es como los mantenemos vivos".

Solar, un residente de Petaluma nacido en México, dijo que sigue inspirado en este evento que comenzó como la primera celebración del Día de los Muertos en el Condado de Sonoma, y se ha convertido en el más grande, por lo general atrae a más de un millar de espectadores.

La ocasión, que tiene sus orígenes 3,000 años atrás en las tradiciones de las culturas precolombinas de México, es "un compromiso por compartir la herencia de nuestros parientes difuntos", dijo Solar. Es también un intercambio de valores por parte de la comunidad latina contemporánea, dijo.

La parte posterior de su larga cabeza ceremonial tenía las palabras: "Vivan Nuestros Muertos".

La procesión de la noche del sábado culminó con la celebración de un mes en Petaluma, que inició con una ceremonia de música, baile, comida y una feria de la salud frente a la iglesia de St. Vincent de Paul el 2 de octubre, y luego una cata de mole el 8 de octubre, que sirvió para recaudar fondos para la celebración.

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