Emprendedor Sal Chávez construye puentes con sus negocios

Sonoma Magazine [English version]

El empresario de Sonoma, Sal Chávez, importa mezcal y otros licores de la patria de sus padres, Michoacán, México, con su empresa Puente Internacional.

A la temprana edad de 30 años, ya ha lanzado un restaurante y un negocio de distribución de bebidas espirituosas, y ha sido elegido presidente del Distrito Escolar Unificado del Valle de Sonoma. Pero incluso mientras construye el éxito que ya disfruta, no se olvida de lo que le tomó llegar hasta aquí.

"Soy el hijo de inmigrantes, cuya intención, como la de otros tantos padres, fue venir aquí y hacer una vida mejor para sus hijos", dijo Chávez. Toma la meta de sus padres en serio, y como estadounidense de primera generación utiliza su espíritu emprendedor y su creencia en el servicio público para llevar la vida que sus padres imaginaron para él.

En 2009, mientras terminaba su licenciatura en economía, en Sonoma State University, Chávez colaboró con sus padres para abrir Picazo Café, una atracción en el Valle de Sonoma, con ambiente bullicioso, donde los lugareños frecuentemente encuentran a alguien que conocen. "Había un letrero de ‘alquiler’ en la puerta, y teníamos ganas de hacer algo", recordó.

Escribió un plan de negocios que resultó dar en el clavo. En los primeros días, toda la familia Chávez trabajaba en la cafetería, saludando a todos con un calor genuino que hacía que los que recibían un latte para llevar o una hamburguesa, se sintieran como invitados, no como clientes. El más amable de todos era Sal, y su entusiasmo y trabajo duro no pasaron desapercibidos.

Su genio natural y el impulso por el éxito que mostró a los que caminaban a través de las puertas de la cafetería, empezó a abrirle puertas a él. Un cliente con el que se hizo amigo fue Camerino Hawing, un arquitecto educado en UCLA, originario de México y residente del condado de Sonoma, quien después de siete años renunció a su cargo como administrador de la junta escolar del Valle de Sonoma.

Hawing animó a Chávez a aplicar y cumplir su esperanza de que algún latino lo reemplazara representando el área escolar de El Verano. Chávez había asistido a la escuela cuando era niño, y todavía vive en el barrio.

Chávez se sorprendió. Pero en 2012, a la edad de 26 años, se animó y solicitó lo que fue en un primer momento una posición designada para sustituir a Hawing. Fue elegido por encima de un hombre décadas más viejo y con una vida de experiencia en los negocios. Cuando terminó su mandato en 2014, Chávez se presentó como titular, sin oposición, y mantuvo su puesto. Fue elegido presidente del consejo en 2016.

En 2010 se casó con su novia de mucho tiempo, Kina, y tiene dos hijos, Salvador Picazo Chávez, que comparte su nombre con su padre y abuelo, y Máximus.

"Sal siempre ha sido ambicioso", dijo Kina. "Es un tipo trabajador e inteligente, pero solía ser tímido. Ahora no lo es en absoluto —es imparable— pero sigue siendo Sal. Es por eso que lo amo”. Agregó que cuando él está en casa, pone todo lo demás a un lado para ser 100 por ciento marido y papá.

Cuando el negocio de Picazo Café creció, la familia trajo a un socio, Aiki Terashima, y la mente de Chávez empezó a agitarse por su próxima aventura. Leyó una noticia sobre la situación del mezcal, como una categoría nueva de licor y de rápido crecimiento en los Estados Unidos. Sabía que era el movimiento perfecto. Comenzó una empresa distribuidora de un mezcal hecho en Michoacán, México, la patria de sus padres. "Me gustó la idea, principalmente porque es tan rica en cultura", apuntó.

Chávez da crédito a sus padres por criarlo con énfasis en la educación y el trabajo duro, y también ha tenido la ventaja de conocer gente influyente que ha reconocido una chispa en él. Picazo se ha convertido en una encrucijada cultural de clases, un lugar donde la comunidad latina es abrazada y los residentes acaudalados paran a comer. Una de esas personas es Marcelo Defreitas, un visitante regular de Picazo, y presidente de la junta directiva del Centro La Luz.

Cuando Chávez compartió su idea del mezcal con Defreitas y su esposo, Scott Smith, un destacado inversionista y capitalista de riesgo en San Francisco, quedaron tan impresionados con la habilidad de Chávez, que lo invitaron a presentar su plan de negocios a un grupo de potenciales inversionistas potenciales en Sonoma. Chávez logró convencerlos, y reunieron los fondos necesarios.

Chávez inició un negocio de distribución de bebidas espirituosas, Puente Internacional, viajando a las montañas de Michoacán para encontrar un mezcalero que produzca lo que Chávez llama el mezcal orgánico "más suave" disponible, y asegurando todos los demás detalles de un negocio nuevo, incluida la frase: "Cuando las estrellas estén afuera, alcanza el mezcal La Luna".

Agregó el ron michoacano Gustoso Aguardiente a su línea de productos, y Puente ahora posee una participación de 50 por ciento en el tequila Gran Dovejo, producido en Jalisco. Responsable de dos empresas y sirviendo en dos consejos, Chávez trabaja alrededor de 65 horas a la semana.

Recientemente envió un informe de estado sobre Puente a sus inversionistas, lleno de buenas noticias. Uno de los inversores que ha tenido un interés personal en Chávez es Les Vadasz, un ingeniero y ejecutivo retirado de Intel, quien formó parte del equipo que puso en marcha la poderosa empresa de alta tecnología.

"Les vino después de mi reporte, y me preguntó: ‘¿Qué hay que arreglar?'", Chávez explicó que Vadasz le dijo que debería enviar dos frases sobre lo que estaba haciendo bien, y luego centrarse en los problemas y cómo solucionarlos.

https://youtu.be/yDjsbn1ncSQ

Como joven, algo que Chávez ha aprendido es escuchar a sus mayores, que han aprendido de la vida y están dispuestos a compartir sus conocimientos. Sus mentores y sus consejos han alimentado su trayectoria.

En junio del año pasado, Chávez fue el orador principal en su escuela Sonoma Valley High School, el primer orador latino en una escuela con mayoría latina. Dijo a los graduados que el éxito significa despertarse todos los días y amar el trabajo que haces. También les dijo que estuvieran dispuestos a trabajar duro, hacer preguntas y estar agradecidos a aquellos que les ayudan, listos para encontrar obstáculos y lo suficientemente resistentes como para superarlos.

Los padres de Chávez seguro estuvieron orgullosos cuando dijo esas palabras, dado lo que ellos tuvieron que superar para convertirse en ciudadanos estadounidenses y pudieran perseguir el sueño americano —y ayudar a su hijo y a su joven familia a llevar ese sueño adelante.

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